Últimamente todo lo que escribo se convierte en mierda y lo destruyo, y si no lo destruyo yo se autodestruye, y si no se autodestruye vienen a destruírmelo de fuera.Las palabras más estúpidas me suenan demasiado bien, y las más bellas son como el chirrido de una puerta vieja y mal engrasada.
Se me escapan las ganas de vivir por las esquinas de los libros que nunca llegaron a escribirse, y en su último suspiro me dedican un adiós que nunca alcanzo a escuchar. Mañana se convierte en tristeza y pasado en reproche, y lo único que se me pasa por la cabeza cuando la tengo vacía es un letrero de neón que dice "te echo de menos".
Si me encuentras en algún arcén, y ves que te apetece, recógeme en tu coche y llévame lejos, muy lejos, donde no recuerde aquellos días en los que aun teníamos una parte del otro en el cajón de la mesilla de noche.
Y espérame, si aun tienes ganas de revancha.
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