Había una puerta blanca. Recuerdo que sentí que se me caía el alma al suelo cuando me dijeron que nunca estaría abierta. Al menos no para mí. Luego empecé a experimentar una especie de pasividad que terminó por matarme.
Ayer me preguntaron qué fue lo último que pensé cuando se apagaron las luces y vi tu cara a tres metros luz de la mía.
"Gñá..."
saraaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!!! :)
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