jueves, 30 de abril de 2009
De la oscuridad más absoluta.
miércoles, 29 de abril de 2009
Del diecinueve.
lunes, 27 de abril de 2009
La niña de las suelas rajadas.
sábado, 25 de abril de 2009
viernes, 24 de abril de 2009
Para abril.
martes, 21 de abril de 2009
Pensamientos estúpidos que surgen haciendo un exámen de música.
sábado, 18 de abril de 2009
lunes, 13 de abril de 2009
viernes, 10 de abril de 2009
jueves, 9 de abril de 2009
1999. Antes de la última página del libreto.
miércoles, 8 de abril de 2009
martes, 7 de abril de 2009
Tres metros gñá.
Había una puerta blanca. Recuerdo que sentí que se me caía el alma al suelo cuando me dijeron que nunca estaría abierta. Al menos no para mí. Luego empecé a experimentar una especie de pasividad que terminó por matarme.
Ayer me preguntaron qué fue lo último que pensé cuando se apagaron las luces y vi tu cara a tres metros luz de la mía.
"Gñá..."
De las luces del túnel número 357.
sábado, 4 de abril de 2009
Incendios de nieve.
jueves, 2 de abril de 2009
Conexiones.
Podríamos contar con las pestañas las gotas que caen desde el bidé hasta el azulejo. Podríamos explicar a los gatos qué hacer para saltar las tapias, o cómo comprar pan al lechero de las seis. Podrías ser un poco menos tú y un poco más él, y podría callar y dejarlo pasar. O podría comerme la tostada por las mañanas, llegar a la hora a los sitios, dejar de escuchar toda esa música que escuchaba este verano. Debería de dejar de hacerlo. Debería. O deberías dejar de estar presente en cada mierda que piso.
Diálogos intensivos de una maníaca depresiva en el tercer escalón del hotel.
“No puedo.”
A nadie le importa que no puedas.
“En el fondo sabes que puedes.”
“No quiero...”
“Miente.”
Miente todo lo que puedas, porque esa va a ser la única forma que tengas de llegar a una realidad alternativa. Algo que no te haga preguntarte qué demonios está pasando, algún lugar en el que esto no te duela.
“No sé cómo, pero...”
“Pero ha terminado.”
“Exacto.”
“Y no sabes cómo.”
“No, no lo sé.”
“¿No te haces una idea de qué ha podido ocurrir?”
“Creo que... Pero no puede ser.”
“¿Por qué te empeñas siempre en hacerlo todo tan difícil?”
“No es cierto...”
“Sabes que sí. Admítelo y sigue. Sigue hasta que no des más de sí. Hasta que se te desgasten los huesos. “
"No ha pasado nada."